miércoles, 31 de diciembre de 2008

Dos copas

Me han dicho
que con dos copas de tequila
sana mi corazón,
eso espero,
porque sino lo pondré sobre la mesa
y le diré al mesero
que lo parta en dos,
que guarden silencio
y que dejen que la cantina
se llene de soledad
para volver a recordar.

Sepultura

Quizás
en otro tiempo,
hubiera exhumado
dos cuerpos incompletos,
y escondiéndome de todos,
a toda prisa,
hubiera sepultado bajo la cama,
dos ojos abiertos
cansados de hacer tiempo.

Dos memorias a distancia,
dos osamentas,
llevan a duras penas,
un crucifico
y las oraciones innecesarias
de un sacerdote.

Tres ardillas comen sus dedos
y tal vez cuatro cuervos,
consumen,
con hambre,
sus ojos,
y los árboles se rinden
ante un monumento de concreto.

Abandono

Siempre
y sin que nadie lo note,
llevo algo dentro,
muy oculto,
incluso de mi mismo,
a veces
siento que me han descubierto;
podría ser,
por el timbre de mi voz
o mis múltiples parpadeos.

Tal vez me engañe,
ya que el abandono
no se esconde,
aunque
lo formes de risas y palabras.

Ciudad

Sería sencillo,
de pronto,
cubrir la ciudad
con la sombra de una mirada,
examinando la espalda
de damas vestidas
de lunas y lentejuelas;
y dejar,
sin razón alguna,
sonrisas muertas
sobre las soledades
de las alcantarillas.

En medio de la calle
podríamos dejar algo,
que súbitamente,
y frente a nosotros,
se convierta
en una procesión de ciegos
esquivando el tráfico
en medio del asombro.

Abandonar en las banquetas,
los días,
las mañanas restantes,
y fumar un cigarro
frente a cualquier barra,
y esperar,
sin prisa,
que el silencio asfixie,
de una vez por todas
el sonido de una par de senos.