domingo, 4 de enero de 2009

La voz del poema

De la boca del poema,
resurgen metáforas escritas con su aliento,
señalan que no tiene hijos bastardos,
que los fragmentos de la oscuridad
son rompecabezas de perturbación y hechizo,
que es la pausa entre la cordura y la esquizofrenia,
que no es fuego realzándose frente a un espejo,
que su abdomen es el árbol donde descansan las estaciones,
que en su corazón se forman parejas con su llanto,
que sus ojos lloran lágrimas de otros y descubren sus secretos,
que sus pies esconden los puntos cardinales para engañar a las palomas,
que su muerte se va agrandando hasta borrarse en la memoria del poeta.

2 comentarios:

Modesto Herrera dijo...

Ecelente poema Addictus, Felicidades!

Me encantó la forma como describes esa acatrsis que los poetas tienen.

Modesto Herrera dijo...

excelente, es lo que quise decir... leo tus poemas, los últimos y me agradan, me gustaron todos. un abrazo amigo